domingo, 18 de julio de 2010

Chauen “una posibilidad en miles de millones”

He dormido sólo en una habitación para cinco personas, lo que hace que haya sido la primera vez que duermo solo y encima con 5 camas para mi! Jajaja, eso si, mucho calor, eso ha hecho pensarme lo de dormir en la terraza más fresco, más barato.

He salido a desayunar a la plaza principal de la medina, está muy tranquila por la mañana, se ven pasar los burros cargados de bombonas de butano, material de construcción y demás enseres. En este punto he de hacer una recomendación, no pedir un té por el día ya que en el mismo momento que te lo sirvan tendrás 5 o 6 abejas rondando el té.

Mientras he desayunado he aclarado mis ideas para el tiempo que me queda, he decidido cambiar de pensión e ir a dormir a la que está contigua ya que parece que en la terraza duermen menos personas, de hecho por la noche finalmente solo dormimos una chica lituana y yo.

Tras cambiar de alojamiento he ido a pasear y pasear ya que Chauen invita a perderse por sus callecitas, todas ellas tranquilas, he vuelto a ir al nacimiento del río que hay aquí y al volver he “pinchado”, lo tengo que poner en mayúsculas ya que Pablo y Lupe entre otros sabrán el dolor que tengo ahora mismo, MIS CHANCLAS HAN CAIDO EN COMBATE, la historia es que desde hace 6 años llevo las mismas chanclas (de 10€) a todos los viajes y a pesar de que ya no cumplían correctamente (pisaba más con el pie que con otra cosa), eran mis chanclas…(Perú, Malta, EEUU, Vietnam… entre otros son los lugares que las han visto pasar)

Lógicamente he tenido que ir al hotel a cambiarme de calzado, no sin ser un poco la atracción del pueblo al verme andar descalzo...ya calzado he ido a comer y después vuelta al hotel a descansar para pasar las horas de más calor.

Por la tarde he ido al río, me he sentado en una piedra con los pies en el agua y así he pasado las horas muertas viendo la intensa vida que hay en el río.

Cuando ha empezó a caer el sol, decidí volver al hotel a ducharme, pero cual sería mi sorpresa que me he cruzado con una persona conocida por el camino. Nos hemos cruzado, nos hemos mirado y después hemos recapacitado…es un chico con el que coincidí en un guesthouse de Camboya!!! Cuantas posibilidades existen de que dos personas que se conocen de compartir 30 minutos de charla en Camboya…se puedan encontrar por la calle en Chauen!!! La verdad es que ha sido increíble, desde luego que el mundo es un autentico pañuelo.

He compartido la tarde-noche con el y su acompañante de viaje (una japonesa que ha conocido en el ferry que les ha traído a Marruecos). A la vuelta al hotel he compartido un buen rato con la pareja italo-argentina y a descansar que mañana toca desplazamiento.






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